Esta semana sólo hemos tenido un día de buen clima en Santander. Pero fue espléndido, luminoso. Y mi cámara de fotos no desaprovechó la ocasión para levantar acta. Así estaba el mar en El Sardinero, como véis en la imagen, que hice por la mañana. Acariciadas por los rayos del sol las olas arrancaban literalmente, para removerla y batirla, la arena del fondo. Aquí tenéis, amigos de la web, la hermosa línea marrón sobre la espuma. O sea, el fascinante e insuperable espectáculo de la Madre Naturaleza.