Mi artículo en “El Diario Montañés”

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Ha publicado “El Diario Montañés” mi artículo titulado “Ejemplo a seguir” (foto), en el que me refiero a un caso especial, de profundo contenido humano, que se acaba de materializar simbólicamente con una placa. Espero que os guste, amigos. Reproduzco el texto:

Recientemente se publicaba en estas mismas páginas la inusual noticia: “El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla ha dedicado una placa a la memoria de Katheleen Sylvia Wall, ciudadana británica que, en agradecimiento a la atención recibida en el Servicio de Cardiología, incluyó a este centro sanitario en su testamento. El Hospital ha utilizado parte del dinero en adquirir equipos de diagnóstico y tratamiento destinados a las plantas de hospitalización, consultas y área de críticos del Servicio de Cardiología, algunos de los cuales incorporan tecnología de última generación. Ha adquirido tres desfibriladores con función de marcapasos para situaciones de emergencia, cuatro electrocardiógrafos, cuatro marcapasos externos y seis monitores multiparamétricos inalámbricos, que permiten medir las constantes vitales del paciente y enviar los datos vía wifi a la historia clínica electrónica. Además, se ha hecho con una central de telemetría para controlar al paciente, también vía wifi, sin necesidad de que permanezca conectado mediante cables a un monitor, y un software que registra la historia, las constantes y el tratamiento de los pacientes ingresados en la Unidad de Críticos”. De vez en cuando hay luz en la oscura actualidad, pues Katheleen Sylvia estuvo ingresada hace muchos años en Valdecilla. En la citada placa se puede leer el texto “En memoria de Dña. Katheleen Sylvia Wall y de su generosidad con Valdecilla”. De su generosidad. Qué bien, qué bonito. No corren buenos tiempos ni para la lírica ni para la aludida virtud, salta a la vista (cercana y lejana), muy poco practicada. El emocionante gesto de esta mujer, que podía haber destinado el dinero a cualquier otro fin, contribuirá a cuidar la salud de numerosas personas. Y, en ciertos casos, a salvar vidas. Por desgracia, no siempre las noticias son así en forma/fondo. De todos modos, las miserias humanas, tan a menudo repugnantes e inevitables protagonistas del escaparate mediático, quedan eclipsadas, al menos aquí, por Katheleen Sylvia, paradigma de amor al prójimo, sorpre feliz. Ejemplo a seguir, ha materializado en Santander de manera sobresaliente las lúcidas palabras de Confucio: “Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y tendida la mano”. Eternas gracias, desconocida hermana.