Un autobús a la puerta del circo

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Esta es la excelente crónica escrita para nuestra web por el historiador circense Francisco Martín Medrano sobre la visita de los amigos de Raúl Alegría al “Circo Italiano” en San Sebastián:

El circo fue lo que nos congregó a un grupo heterogéneo de cántabros amigos del mago Raúl Alegría. Nos posibilitó hacer un paréntesis en nuestras, en algunos casos, agitadas vidas. La idea partió de Adolfo Hernández, que se multiplicó para posibilitarnos a todos una jornada amable; fue: guía, fisioterapeuta de algunos lesionados en el circo, administrador… Su hija Paula no quiso faltar a la cita y lo hizo en muletas. Su hermano Roberto acudió junto a su esposa Ana Ríos y sus hijos Roberto, acompañado por Miriam, y Javier. Estos últimos con gran cordialidad nos dieron unas clases prácticas, puesta al día, de la tecnología que todos llevamos en el bolsillo, pero de la que no leemos el manual de instrucciones. Pedro Cea aprendió a manejar varias de las aplicaciones de su móvil; además nos invitó a la actuación que el próximo día 9 de enero hará el ventrílocuo Carlos Palacios en Santa Clotilde, a las cinco de la tarde. De nombre artístico ‘Charly’, también viajó a San Sebastián y nos deleitó con la anécdota circense protagonizada hace años por el malabarista Antonio Platas y el rulista Monroe. El magisterio tuvo su representación en la expedición. Julia y Paco nos recordaron al pedagogo cántabro Jesús Revaque Garea, así como una de sus obras emblemáticas, el imponente colegio Menéndez Pelayo. Paco y Armando, padre de Raúl, se conocían ya de clases de yoga. Armando tuvo ocasión de conocer y saludar a Ana, esposa del fallecido y querido profesor Román López Tamés. Juanjo Escobedo, antes profesor de Literatura, hoy especialista en la ubicación de los circos españoles, nos informó que prepara una conferencia sobre el circo que le ha encargado el Centro de Profesores de Santander; además improvisó una canción dedicada a la expedición circense. Este grupo nos detuvimos delante de remolque-colegio del Circo Italiano y no fotografiamos con los profesores de Derecho Juani y Pablo, otros dos agradables acompañantes y contertulios. 

Momentos especialmente entrañables fueron el saludo y la despedida de Raúl de sus padres. O cuando Yanira, la niña del viaje, le entregó a Raúl el dibujo que había realizado para él durante el transcurso de la ida. También cuando Nora se reencontró con Yones, la taquillera, o cuando el extrapecista Tote vio a sus compañeros de juventud en el circo: Darix Vasallo, Roni, Pelé, Marco, Fátima… ; también evocó anécdotas divertidas como la de los Palacios, la fuerza centrífuga de la gravedad o la de Willy Errani. Su hijo César también disfrutó con este divertido viaje. También coincidimos con apreciado amigos del circo del País Vasco como Igor de Prada, Joseán, Íñigo… Magdalena, Simona, Moreno… nos despidieron sonrientes y con la promesa de vernos pronto. 

A Sole González le tocó la labor más difícil: sacarnos del circo para irnos convenciendo uno a uno para que entrásemos en el autobús para el regreso, y eso que hacía frío. Para ello se puso de acuerdo con David para que pusiera el vehículo en la misma puerta del circo. Pero su labor se complicó: no dijo al conductor que cerrase la puerta de atrás. Y así, ella nos metía por una, y salíamos por la otra para despedirnos del que nos habíamos olvidado. A una de las que más le costaba arrancar era a Pilar, la cantante de Quimera, a quien le supo a poco el reencuentro con sus excompañeros. En medio de este cuento de nunca acabar subió al autobús Sonia Miranda, la gerente del circo, para darnos las gracias… y hasta el propio augusto Marco disfrazado de Angelito para hacer el intermedio de Cupido. Entre risas salimos de Anoeta.
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FOTO: los artistas del “Circo Italiano” se despiden del público en la función presenciada por los excursionistas cántabros.