“Laura de Santelmo es el barrio sevillano y maravilloso de la Macarena, hecho baile”, escribía Jorge de Alba sobre aquella gran artista española en la afamada revista madrileña “Crónica” en el número del 7 de septiembre de 1930. Laura era punto y aparte en el baile, como demostró a lo largo de una trayectoria cuajada de éxitos nacionales e internacionales. No sólo la aplaudió el público en ciudades de nuestro país, sino también en París, Londres, Bruselas, Roma, Pekín, Moscú, Berlín, Tokio, Buenos Aires, etc. Fue una de las estrellas a las que retrató con sus pinceles el maestro Joaquín Sorolla, entre otros insignes dibujantes y pintores, quien además le sugirió llamarse así artísticamente (su nombre era Laura Navarro Álvarez). El bellísimo dibujo que ilustra esta semblanza suya fue realizado por Rafael de Penagos para la citada revista “Crónica”. Dejó Laura los escenarios el pleno éxito para dedicarse a la docencia, territorio en el que realizó una magnífica labor, digna de los mayores elogios. Bailando flamenco y piezas clásicas españolas en los escenarios alcanzó el número uno. En Cantabria sería admirada y aplaudida con entusiasmo al actuar en mayo de 1918 en el teatro del Gran Casino Sardinero y después el “Teatro Principal” de Torrelavega.
