Recordando a Ángel Quintanal, el extraordinario “Nureyev de Torrelavega”

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Falleció recientemente uno de los personajes más populares de la Historia de Torrelavega: el policía municipal Ángel Quintanal (foto derecha), durante muchos años maestro en la dirección del tráfico en el viejo y peligroso cruce de Cuatro Caminos (ahora regulado mediante semáforos), llamado cariñosamente, y con sumo acierto, “el Nureyev de Torrelavega”. ¿Motivo? Era un espectáculo verle. Un espectáculo de primerísima categoría. Pasaban muy cerca de su cuerpo miles de coches, motos, autocares, furgonetas y camiones, que ordenaba con singular maestría procurando que tal acumulación de vehículos resultara lo más fluída posible y se redujera así el tiempo de atasco. Numerosos ciudadanos se apoyaban en las barandillas de aquel cruce -yo lo hice con frecuencia- para contemplarle. Resultaba imposible pasar por allí y no prestarle atención, algo que les sucedía tanto a los peatones como a los propios conductores. Parecía, sí, un bailarín en la jungla de asfalto. Además de mostrar siempre la mejor sonrisa bajo su casco blanco sabía dejar volar brazos y manos (éstas siempre con guantes también blancos) de forma artística. Tan artística que dirigir el tráfico terminaba convertido en obra de arte, en sensacional función gratuíta al aire libre. Y todo gracias a él, gracias a su arrolladora personalidad, gracias a su estilo único e inigualable. El alcalde, Ildefonso Calderón, ha dicho que se le hará una estatua para colocarla en una plaza próxima al famoso cruce de sus éxitos profesionales. Me parece muy bien. Se lo merece. Inolvidable Ángel Quintanal, gran ejemplo humano y laboral. Sin duda el genial Nureyev (foto izquierda, figura mundial del ballet) tuvo en él una perfecta réplica en versión policía municipal. Descanse en Paz. Mi pésame para su familia.