“LA HUELLA DE BERNHARD PAUL EN SANTANDER”, artículo escrito por FRANCISCO MARTÍN MEDRANO

ETC
Bernhard Paul recogió el reconocimiento “Peregrino de la Alegría” de manos de Marietta Tonetti en la carpa del Circo Quimera. La razón del colectivo “Amigos de los Hermanos Tonetti” para concederle tal distinción ha sido su extraordinaria contribución a la historia del Circo con su poético y fascinante Circo Roncalli, que esta temporada cumple el cuarenta aniversario. El director del circo alemán se mostró emocionado y expresó la importancia de los Hermanos Tonetti en el mundo de los payasos: “Ellos estaban por la mañana en las calles con los ciudadanos y por la tarde reflejaban sus vivencias, hacían Comedia del Arte”.

Marietta Tonetti, la hija del augusto Pepe Tonetti, destacó en la entrega la belleza del Circo Roncalli y el cariño de los Tonetti a la familia Larible, a la cual pertenece Eliane, mujer de Bernhard. Tras lo cual la familia Tonetti regaló uno de los últimos trajes de Pepe Tonetti al director de Roncalli, momento que las lágrimas y los aplausos inundaron el circo. Entre las personalidades asistentes estuvieron el director del Festival Internacional de Circo Elefante de Oro de Figueras, Genís Matabosch, y la trapecista Graziella Galán. El acto se realizó en la función del pasado martes, 25 de julio. Tras la misma, todos los asistentes se desplazaron a las estatuas de los Hermanos Tonetti para realizar una ofrenda floral.

Durante su estancia en Cantabria, Bernhard se interesó por la arquitectura local y las antigüedades. Fue recibido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en el Palacio de la Magdalena, donde se le ha incluido en el libro de honor de visitantes de este curso. Bernhard Paul ponderó el trabajo de los directores de los directores que aman, así como que se esfuerzan en cuidar la calidad de los espectáculos y la atmósfera de sus circos, como es el caso de Raúl Alegría con su Circo Quimera. Eliane hizo las labores de traducción para que todos los medios de comunicación pudiesen realizar su trabajo de manera óptima. Además, en todo momento manifestó su admiración y cariño por la familia Tonetti. Sus palabras de despedida fueron para decir que su marido le insistía en quedarse unos días más y para comunicar que Bernhard Paul había visto que en Santander se valora al circo de manera patente como un mundo especial y mágico, ya que pocas ciudades tienen un monumento dedicado a unos payasos.

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FOTO: Los protagonistas del acto y la compañía del Circo Quimera, en el monumento a los Hermanos Tonetti ubicado en El Sardinero (Santander). AUTORA: Soraya Hernández, de ETC fotografía.