De nuevo Ruth Beitia (foto), extraordinaria atleta cántabra, nos ha vuelto a dar una alegría colectiva a los españoles: volvió a ganar la medalla de oro en el Campeonato de Europa de salto de altura, competición disputada en Zúrich. Tiene un enorme mérito este éxito -ojo: alcanzado por segunda vez consecutiva- a los 35 años de edad. Ruth es un ejemplo de constancia, lucha, sacrificio y superación en pro de un objetivo. En definitiva, verdadero referente para la sociedad y, de manera especial, su segmento más joven. Además, conviene destacar que a su calidad como deportista une un permanente saber estar en cualquier ambiente, una sencillez, educación y calidad como persona que para sí quisieran muchas estrellas del deporte. Suelo coincidir con ella en numerosos actos en Santander (la última vez, muy reciente, en un concierto en el Palacio de Festivales de Cantabria, al que acudió acompañada por su madre, a quien me presentó) y puedo dar fe de todo ello. ¡Enhorabuena, admirada Ruth!
