El nuevo espectáculo del “Circo Quimera”, que dirige el mago santanderino Raúl Alegría (en la imagen el excelente cartel anunciador del evento, obra de “Lavid Romano Fotógrafos”), rendirá homenaje a este año al genial payaso santanderino Pepe “Tonetti”, que en unión de su hermano y clown Manolo recorrió España de éxito en éxito con el “Circo Atlas”. Además de poder presenciarse unas atracciones internacionales de circo sorprendentes, se contará de manera teatralizada la historia que cierta tarde de los años sesenta protagonizó un humilde niño de Santander en aquel inolvidable circo. “Tonetti” tuvo con él un detalle especial, emocionantísimo; detalle que constituye el argumento central de una función que adquiere máxima relevancia sentimental al estar basada en un hecho auténtico. He tenido la suerte de colaborar con este espectáculo, lo que significa para mi disfrutar de un gran y doble honor: por una parte, al poder trabajar con mi amigo Raúl Alegría y por otra al poder evocar, a metros de su monumento en la capital de Cantabria (el circo será instalado en el Parque de Mesones), a mi amigo Pepe “Tonetti”. La experiencia preparándolo ha sido extraordinaria. Pronto se verá y escuchará en la pista el resultado. “Tonetti”, que estará lleno de sorpresas, provocará más de una lágrima de nostalgia, agitará en la memoria de los espectadores recuerdos entrañables. En el décimo aniversario de su fallecimiento, el divertidísimo “augusto” de la tierruca, paradigma de corazón sin fronteras, recibirá en la ciudad que nació el homenaje que merece. Y, además, en los días de las Fiestas de Santiago (en las que tantas veces actuó) y bajo la carpa de un circo. Mejor, imposible. Su hija “Marietta”, que está encantada con el proyecto producido y organizado por Raúl, y Paquita, viuda de Pepe, vivirán junto al público, al igual que toda la familia, amigos y compañeros de los añorados artistas santanderinos, una experiencia de huella indeleble. Seguro que nuestro maravilloso payaso contemplará feliz el acontecimiento, en unión de “Nolo”, sentados ambos en el borde de una nube. Se acercan extraordinarios días circenses.
