Se lo pasó muy bien el numeroso público que acudió a las actuaciones de “Trini La Marquesita” (foto) en el “Salón Pradera” de Santander en agosto de 1917. La realidad confirmó los argumentos publicitarios y periodísticos que avalaban a la artista española, triunfadora en escenarios de referencia en el género de las varietés, uno de ellos el afamado Teatro Romea, de Madrid. Así se la definía en el “Eco Artístico”, prestigiosa publicación del espectáculo editada en la capital de España: “Todos, lo mismo los bailes nacionales que los americanos y los de fantasía, encuentran en Trini La Marquesita una intérprete ideal que los diviniza, dándoles un sabor de arte tan inimitable, que nuestra admiración ante su labor no reconoce límites. Y como además Trini la Marquesita es una mujer de singular belleza y atractivos, y sabe presentar todo su trabajo con un lujoso y adecuado vestuario, de aquí que su colaboración artística sea reclamada por las principales empresas del género que no la dejan descansar ni un momento sobre sus laureles”. Así era. Trini La Marquesita dominaba por completo el baile, entonces muy en boga, y complacía de igual modo al sector masculino que al femenino de la concurrencia. Cuidaba hasta el mínimo detalle de sus presentaciones; siempre aparecía impecable ante el público tanto en vestuario como en complementos. Su arte fue notable.