En el mes de junio del año 1915 actuó en el Teatro Principal de Torrelavega un original artista que estaba triunfando en toda España: Caballero Fabra. Su especialidad era la imitación de sonidos de animales (especialmente el canto de los pájaros), pero también de objetos. La publicidad indicaba sobre él: “Éxito seguro y garantizado para todos los públicos”. Quedó confirmado en la ciudad del Besaya, donde se llenó el teatro para verle en acción. Entre otras parodias divertidísimas incluyó la que denominaba “El gramófono”. En la imagen adjunta vemos el curioso cartel que promocionaba su singular show, que no se parecía en nada al de la mayoría de sus colegas dedicados al mundo del espectáculo en nuestro país.
