Recuerdo artístico / Joséphine Baker

Durante su última gira española, desarrollada en los años setenta, debutó en la inolvidable sala santanderina “La Belle Epoque” una de las mayores estrellas internacionales de la Historia del Espectáculo: Freda Joséphine McDonald (San Luis, Misuri, Estados Unidos, 3 de junio de 1906 – París, Francia, 12 de abril de 1975). En los carteles, Joséphine Baker (foto). Se encargó de acompañarla la orquesta local Korimbos. Valentín Díaz, su pianista, me comentaba ayer por la tarde que de las figuras con las que ha tenido la satisfacción de trabajar fue quién más le ha impresionado. “Era una artista como la copa de un pino. Sólo por ver con qué personalidad dominaba el escenario ya merecía la pena pagar la entrada. Además de cantar y bailar de maravilla, interpretaba. Cierro los ojos y parece que la estoy viendo aquella tarde-noche con la sala completamente llena. Logró, como siempre, un éxito enorme. Y eso que las partituras que traía estaban cifradas en inglés y no dispusimos de mucho tiempo para ensayar…”, decía mi amigo Valentín, gran músico. Aquella audaz profesional del music-hall (reclamo de las principales salas de fiesta, cabarets y teatros del mundo), auténtico ejemplo de carisma, dejó profunda huella como cantante, bailarina y actriz. Y también por las numerosas causas cívicas/humanitarias que, con ejemplar compromiso, abanderó a contracorriente en tiempos muy difíciles. Los espectadores que pudieron ver su show en “La Belle Epoque” disfrutaron, pues, de una ocasión única. También resultó así para Valentín y sus compañeros de la magnífica Orquesta Korimbos. ¡Qué inmenso honor actuar con la legendaria Joséphine Baker! A veces el destino obsequia con experiencias que, pasen los años que pasen, nunca se borrarán de la memoria.