Inolvidable María

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Durante esta semana se celebra en Santander un congreso lleno de actividades y relevantes protagonistas dedicado a la piloto española María de Villota. Santander fue la ciudad que la enamoró y donde se enamoró y casó (en el Palacio de La Magdalena). Aquí están su viudo y sus padres, evocándola junto a quienes admiran su trayectoria. Tras la terrible experiencia del accidente, declaró: Ahora veo mejor la vida que cuando tenía dos ojos”. Y también: “Corremos mucho y nos dejamos llevar por la vida sin pararnos a pensar qué es realmente lo importante”. Así es. Por tal motivo “Lo que de verdad importa”, el encuentro en la capital de Cantabria, ahondará en las esencias de lo cotidiano, a menudo en segundo plano (es decir, eclipsadas por el oropel del éxito, algo tan efímero) cuando siempre deberían ocupar el primero. Inolvidable María, luz en la oscuridad, ser de huella indeleble. Su legado de calidad humana es llama que oscila al viento de la esperanza. Mi recuerdo emocionado para ella, que escribió: “La vida es un regalo”. Sin duda. Eternas gracias por el testimonio.