El último ermitaño reside en Santander

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Es el último ermitaño. El hombre que atiende la ermita de la Virgen del Mar, patrona de Santander, ubicada en un lugar de extraordinaria belleza natural. Su nombre, Alejandro Moreno García. Tiene 72 años, nació en Cuacos de Yuste (Cáceres) y hace casi cuarenta años vino a Cantabria para trabajar en Astilleros del Atlántico. Es, por tanto, un querido paisanuco. Está casado y tiene cinco hijos y cinco nietos, reside en el grupo San Francisco de la capital cántabra y todos los días acude y regresa andando desde allí a la ermita. ¡Andando! La abre, la limpia, enciende sus velas, etc. Lleva realizando altruístamente tal labor 16 años y, como él dice, “mientras mis piernas aguanten, vendré”. En la ermita (edificio de una sola nave con bóvedas de crucería con cinco claves y de gótico tardío) hay un azulejo muy descriptivo de la esencia espiritual que cobija en el que se puede leer: “Aunque pequeña me ves soy muy grande como ermita, pues la Reina que me habita tiene la mar a sus pies y otorga al que solicita, si pide con interés, aquello que solicita ¡y no le olvida después!”. En la foto de Pedro Garrido Cea aparece Alejandro a la puerta del popular y entrañable recinto religioso que cuida con tanto amor. Un abrazo para él.