El “Teatro de Autómatas”, entrañable viaje por el túnel del tiempo

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Durante estos días, formando parte de la “Muestra Internacional de Artes Fantásticas de Santander”, se puede contemplar en la Plaza de Pombo una atracción extraordinaria: el “Teatro de Autómatas”, que con tanto acierto y sensibilidad rescatara del olvido y la desaparición Gonzalo Cañas. Se trata de un singular tinglado de la antigua farsa con actores que no son de carne y hueso, pero como si lo fueran. Su mecanismo les dota de vida y escenifican magistralmente realidades de antaño muy vigentes hogaño. Ha sido un acierto volver a presentar en Santander esta vieja barraca de feria que desde los cuarenta fascina a los lugareños en cualquier rincón de España y de Europa. Sus diversas escenas -inspirada sátira de conductas, tópicos e incluso tiernas picardías- resultan entrañables. En su exterior (donde capté la foto) los muñecos que “hacen la puerta” y sirven como “gancho” para el paseante evocan, como se puede comprobar, a la genial artista Carmen Miranda (que nació en Portugal, pero cuando tenía un año su familia la trasladó a Brasil) y sus músicos tropicales. Inciso: Carmen está enterrada en el cementerio de Río de Janeiro y su tumba la preside su propia firma, en metal dorado, a gran tamaño. Recomiendo visitar esta vieja carpa nómada. Hacerlo significa viajar por el túnel del tiempo; permite recuperar algo ya, por desgracia, agonizante en el interior de cada cual: la ingenuidad. El “Teatro de Autómatas” es una joya. Una cita ineludible y, por supuesto, inolvidable. El día 22 dejará caer el telón en la capital de Cantabria. He aquí un espectáculo ideal para divertirse en familia. Como no abundan, conviene subrayarlo.