La idea de un “escape”

Poco tiempo antes de fallecer (21 agosto del año 1939) el popular mago lituano Horace Goldin (Hyman Elias Goldstein) estrenó en Londres un número de escapismo, titulado “Potato Jones”, que causó sensación por su originalidad. Lo anunciaba con un espectacular cartel a todo color (imagen adjunta), en el que se podía leer como lema “The man who laughed at the spanish blockade” (es decir, “El hombre que se rió del bloqueo español”). Se le ocurrió tras leer en la prensa británica la singular historia de un capitán galés de la marina mercante conocido como “Potato Jones” (en realidad, David Jones), capaz de burlar, según él mismo contara, el bloqueo del puerto de Bilbao establecido por la armada de las tropas franquistas en la dramática Guerra Civil española. El cargamento que transportaba desde Inglaterra en el “Marie Llewellyn” era de patatas, pero algunos autores sostienen que camuflaba bajo ellas una importante cantidad de armas para la resistencia. También se escribió en la época que, tras descargar las patatas, “Potato Jones” escondió en su nave a refugiados que huían del asedio militar a Bilbao y logró zarpar hacia el exilio francés. Lo curioso del asunto es que, ante la imposibilidad de hacerlo en el de Bilbao, varias informaciones establecieron su desembarco de patatas… en el puerto de Santander. Tal hecho, no confirmado, tampoco es descartable. Se sabe que algunos capitanes británicos de la marina mercante lo hicieron, arriesgando su vida tanto ellos como quienes participaron en la estrategia. De la mezcla de las citadas hipótesis y aprovechando la fama informativa que la supuesta acción heróica de “Potato Jones” había suscitado en Inglaterra, surgió en el inquieto cerebro de Horace Goldin la idea del “escape”. ¿Estuvo el capitán Jones en Santander? ¿Se lo inventó? ¿Confundió al regresar a Inglaterra y ser preguntado por los periodistas el puerto de Bilbao con el de la capital cántabra? Nadie lo sabe. De todos modos, pocas veces el origen de un número de magia ha provocado tantos interrogantes. Lo cierto es que Horace Goldin vió un gancho en el episodio de “Potato Jones”, decidiendo aprovecharlo para montar un número sorprendente. Dirigido por él con gestos muy teatrales, un auxiliar, vestido de capitán de la marina mercante, se metía en una jaula de malla trenzada. Se situaba encima de ella, colgado, un enorme saco. De repente se abría y caían muchísimos kilos de “patatas”, tapando por completo a la persona. Colocada una tela tensada debajo de la jaula, se abatía su base y volvían a caer las patatas. Para sorpresa del público, el “capitán”… ¡no estaba dentro! Un efecto musical acompañado por la luz del cañón centraba en una butaca la atención de los asistentes al teatro. Señalado por Goldin, el alter ego de “Potato Jones” se levantaba entonces del asiento y saludaba sonriente con la gorra. Gran ovación. ¿Cómo había podido escapar de la torrencial lluvia de patatas que le “enterró” a la vista de todos? ¡Ah! Pura magia. Inolvidables Horace Goldin y “Potato Jones”.