La más reciente obra creada por los pinceles de Eduardo Pascual es el retrato que vemos en la imagen adjunta. El de Amaya. Como cuenta el autor, “vino su abuelo al estudio, emocionado, para inmortalizar a su amada nieta”. Y de ello se encargó el artista que se cita con las musas de la inspiración en una atalaya ubicada en Suances. Le ha quedado a Pascual un trabajo magnífico: captó el alma de su protagonista. Alma infantil y con pura esencia de la tierruca. Seguro que cuando Amaya sea mayor contemplará cada día con profunda emoción el cuadro que en 2022 encargó su abuelo a un gran pintor. ¡Enhorabuena, querido amigo Eduardo!