El “Salón Pradera” de Santander recibió en loor de multitudes en junio de 1914 el debut de una artista que trabajó en los principales escenarios: “La Argentinita” (en la imagen, protagonista de la portada de una popular revista de antaño). Todas las funciones se celebraron con llenos. Hija de inmigrantes españoles radicados en Argentina, Encarnación López Júlvez nació en Buenos Aires (3 de marzo 1898) pero se crió en nuestro país, donde se convirtió en figura. Y de proyección internacional, pues triunfó tanto en España como en otros países europeos y en América, con presentaciones, por ejemplo, en Nueva York (Metropolitan Opera House, Carnegie Hall). La bailarina, canzonetista, bailaora y coreógrafa de flamenco dejó una huella profesional extraordinaria. Todas sus colegas admiraban el arte que proyectaba bailando/cantando cualquier género. Muy adelantada a su tiempo, participó en proyectos con figuras tan insignes de la cultura como Federico García Lorca, Salvador Dalí e Ignacio Sánchez Mejías. Falleció en la ciudad de los rascacielos el 24 de septiembre 1945 y está enterrada en el cementerio de San Isidro, en Madrid.
