El pintor Eduardo Pascual Sanz ha realizado en su estudio de Suances otro de sus excelentes retratos. Esta vez, el de Gilda Ruiloba Gutiérrez (foto adjunta), escritora y poeta residente en Abadilla de Cayón. Como el propio artista subraya, Gilda es una persona “enamorada de sus raices” y su pluma permite que no se pierdan las esencias de lo costumbrista. Es decir, de cuanto forja nuestro hoy. Un ejemplo es su recuerdo de las amas de cría pasiegas. De los textos de Gilda brotan siempre las evocaciones de un pasado inolvidable. Queda claro una vez más que cuando la poesía, la literatura y la expresión pictórica unen fuerzas se enciende una luz en la oscuridad: la luz de la sensibilidad. Sin duda, la más necesaria para iluminar los caminos del ser humano. Gracias por ello, Gilda y Eduardo.