“La clave está en nosotros”


El objetivo de Nacho Del Río vuelve a inmortalizar momentos únicos en este reportaje especial realizado en la Finca de San Juan, de Castañeda, impresionante conjunto histórico de los siglos XVI y XVII formado por la casa palacio familiar y su ermita de San Juan Bautista, que da nombre a esta finca cuyas antiguas caballerizas fueron reconvertidas hace ya casi cuarenta años en salones para la celebración de bodas y eventos. Todo ello, con el idílico entorno natural que ofrecen sus más de seis hectáreas de jardines como telón de fondo.

La artífice de esta hazaña, allá por los años años ochenta del pasado siglo, fue la visionaria y emprendedora María Rosa Fernández-Pacheco Corpas, quien en 2001 recibió el primer premio de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria y que actualmente sigue trabajando junto con sus hijos y nietos en este exitoso y pionero proyecto empresarial hostelero. Y aunque en estos momentos la Finca de San Juan se encuentra cerrada al público debido a la situación que vivimos, sus responsables no tuvieron ninguna duda a la hora de aceptar la singular propuesta de Nacho Del Río de realizar un reportaje fotográfico en el que profesionales de diferentes sectores reflexionan sobre el año que termina y comparten sus expectativas para 2021. Un escenario emblemático de su Cantabria natal para retratar a los protagonistas de este reportaje como arte y parte de la historia reciente de nuestro tiempo. Algunos de ellos, profesionales de la salud, han vivido en primera línea los intensos meses de este año que todos recordaremos, como la enfermera de la UCI Covid del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV), Raquel Cruz, quien asegura que en 2020 “no todo ha sido malo, pues hemos aprendido mucho, como a leer en los ojos lo que la mascarilla esconde, a echarnos de menos, pero, sobre todo, a adaptarnos, porque, desde luego, lo que jamás imaginamos es que pudiéramos ser tan resilientes. Por lo general, como sociedad ha aflorado la generosidad y el respeto, aunque unos pocos lo desluzcan con su mal hacer”.

Raquel Cruz, añade: “A nivel profesional he disfrutado de mis compañeros, han sido muchas horas de risas y lágrimas, y ese apoyo que nos hemos dado en los peores momentos ha evitado que cayésemos. Además es muy reconfortante saber que, aún detrás de tres pares de guantes, nuestros pacientes han sentido el cariño y la ternura con los que les cuidamos. Esta es una frase muy repetida en las cartas que nos envían al salir recuperados de la UCI”. Espera que con la vacunación lleguen “buenas noticias” acompañadas de “abrazos como los de antes, largos y cargados de sentimientos, que sólo los podremos conseguir con responsabilidad individual, porque la clave somos cada uno de nosotros. Nos queda un último empujón y pronto se harán realidad todos esos abrazos que han quedado pendientes”.

En el mismo frente, la coordinadora de Covid del Centro de Salud de Cazoña del Servicio Cántabro de Salud, la enfermera Raquel Menezo, afirma que “en el inicio de la pandemia no sabíamos cómo afrontar esta situación, pero por instinto sacamos lo mejor de nosotros con lucha, esfuerzo y valentía. Estuvimos expuestos, pero no nos rendimos. Reclamamos medidas de protección y hemos visto cómo con el uso de mascarilla, el lavado de manos y distancia social se han controlado los contagios. Ahora más que nunca debemos aunar esfuerzos para lograr combatir esta pandemia con espíritu de lucha y conciencia social. El miedo nos paraliza y es una emoción presente en gran parte de la sociedad: se vive con angustia. Debemos cambiarlo por responsabilidad, porque juntos lograremos el control de esta enfermedad”. Menezo subraya que “apenas se ha hablado de que lo más importante para combatir este virus, así como otras infecciones actuales o las que se puedan presentar en un futuro, es tener un sistema inmune competente, y que los estilos de vida saludables son claves para lograr esta fortaleza. Una alimentación natural, ejercicio físico diario o un buen patrón de sueño y el control del estrés son aspectos que debemos contemplar ahora más que nunca”.

Por su parte, el médico adjunto del Servicio de Urología del HUMV, Mario Domínguez, señala que en 2020 “el mundo entero ha sido consciente de lo vulnerables que somos como especie, de las carencias sanitarias, las deficiencias logísticas y lo indefensos que podemos estar frente a enemigos que ni siquiera llegamos a ver. De un día para otro nuestra vida ha cambiado, viéndose limitada y alterada de una forma que nunca podíamos imaginar. Por suerte hemos empezado a valorar lo cotidiano, ‘la normalidad’ por momentos arrebatada”. Asimismo, enfatiza que “hemos aprendido que, cuando nos juntamos, colaboramos y nos unimos para construir, curar, ayudar, investigar, enseñar, luchar o entretener somos inigualables, creando, por ejemplo, vacunas en tiempo récord. No podemos cambiar lo pasado, pero sí el futuro. Aprendamos a usar nuestras mejores y más potentes armas, el trabajo en equipo, la cooperación y la solidaridad”. Su compañera, la secretaria del servicio, Mariluz Cruz, reconoce que este año “ha sido una gran bofetada de realidad y he aprendido a valorar las pequeñas cosas a las que antes no daba demasiada importancia”. En el terreno profesional, destaca “la solidaridad, la fuerza y el trabajo de todos mis compañeros del hospital, sin ninguna excepción; todos y cada uno de nosotros hemos ayudado y seguimos ayudando a que toda esta situación pase lo antes posible. Este virus no nos va a quitar la sonrisa, porque en la vida no se trata de esperar a que pase la tormenta, se trata de aprender a bailar bajo la lluvia”.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad son otro colectivo profesional que también ha sido protagonista este año y cuya labor, lamentablemente, no siempre ha sido bien recibida, pese a que han vivido en primera línea los efectos colaterales de la pandemia y sus consecuencias. Así, los agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policías Locales han sido y son testigos diarios del devenir de un tiempo marcado por las restricciones. Uno es Miguel Fernández-Murueta, quien asegura que 2020 ha sido “un año duro, muy duro, quizá para muchos el más duro de sus vidas, eso es innegable. Ninguno salimos de él como entramos. Ha sido un reto con el que hemos crecido a nivel personal. Hemos aprendido a valorar lo que sí tenemos y nos hemos olvidado de lo que nos falta. Lo material ha pasado a un último plano y en nuestra escala de prioridades ganan la libertad y las relaciones personales. Sinceramente, lo más importante es que lo terminemos sanos”. Respecto a 2021, le gustaría “recuperar cuanto antes la normalidad, o lo más parecido posible, para poder retomar todo lo que quedó en el tintero este año: viajes, planes, etc.. Y para lo que, obviamente, debemos estar comprometidos como sociedad”. En este sentido, el también agente David Sahagún, está convencido de que en 2021 “recuperaremos todo ese tiempo perdido y que podremos darnos los abrazos y besos que quedaron pendientes”. Asimismo, y “a pesar de haber sido un año horrible”, agradece a todas esas personas que comprendieron la situación y que, con su ayuda y colaboración, “facilitaron nuestra labor, formando entre todos un gran equipo”.

Los funcionarios de las distintas administraciones también han desempeñado un papel fundamental en la gestión y tramitación de las numerosas normativas derivadas de los decretos que se han publicado y se siguen publicando. Al corriente de todo ha estado la secretaria general de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno de Cantabria, Vanessa Martínez, quien sostiene que “nunca se ha leído más BOE que durante este año”. De su consejería dependen el Servicio Cántabro de Empleo, el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS) o las áreas de Trabajo y Vivienda, todos estrechamente vinculados con los efectos de la pandemia. “Sin duda, ha sido un año muy difícil para todos en lo personal y en lo profesional. Hemos tenido que adaptarnos a nuevas formas de relacionarnos y a las nuevas formas de trabajar”, reconoce Martínez, para quien “la lección que nos deja 2020 es la de haber aprendido a valorar esas pequeñas cosas que antes dábamos por supuestas, como un abrazo o cualquier muestra de afecto e incluso el propio hecho de reunirnos, porque hoy todo éso vale más”. Añade que “en este momento, a punto de comenzar un nuevo año en el que tenemos depositadas nuestras esperanzas, todos hemos de comprometernos, poner de nuestra parte y contribuir con cada una de nuestras pequeñas acciones a tener un mundo mejor, más humano y más responsable en todos los sentidos. Aunque pensemos que no, cada pequeño gesto en el día a día repercute en nuestra sociedad”. También comparte este sentir la subdirectora de Urbanismo y Arquitectura de Cantabria, Virginia Martínez. “Ahora que llegamos al final del año y, como de costumbre, echamos la vista a atrás, somos conscientes de que el balance no es el de siempre. Nos hemos enfrentado a un año diferente. El cuadro de valores ha cambiado y los deseos para el nuevo año son distintos a los habituales”. Considera que “hemos aprendido a vivir de una forma distinta. Tenemos en el apartado de pendientes una larga lista de cosas que antes pasaban inadvertidas, pero, como siempre digo, debemos quedarnos con lo bueno. Y lo bueno en este caso es que el 2020 nos ha enseñado a diferenciar lo importante de lo superficial, lo imprescindible de lo accesorio”. Esta funcionaria de larga experiencia en la administración regional confía en que “la memoria no nos falle y mantengamos viva la llama de lo que el 2020 nos ha enseñado, pues en ese caso habremos conseguido quedarnos con lo bueno”. Los múltiples cambios que implicó la pandemia se han visto especialmente reflejados en nuestros hábitos sociales, que rápidamente todos hemos tenido que modificar para adaptarnos a la dinámica del nuevo escenario global, en el que la sociedad de consumo pugna por imponerse frente a las restricciones de la interacción humana, inherente a la práctica totalidad de nuestras actividades diarias. Una dura realidad en la que sectores como el turismo, la hostelería, el comercio, la cultura y el deporte encajan el golpe con gran dificultad, tratando de resistir los envites de la Covid-19 y de subsistir ante la inminente crisis con el horizonte puesto en la campaña mundial de vacunación.

Entre los protagonistas del reportaje está también la directora del hotel y restaurante Palacio de Arce, Raquel Domínguez, para quien 2020 representa “un año traicionero, con un virus que llegó sin avisar, un mal sueño del que despertar. Y también un año del que aprender”. Esta empresaria de hostelería que, junto con su marido, Tuli Mateo, dirige también otros dos negocios de hostelería en Torrelavega (‘Carpe Diem’ y ‘New Century’), asegura que “nunca se puede dar nada por hecho, porque la vida te sacude y hay que estar preparado. Esto nos ha hecho más fuertes. La cabeza no para, la imaginación aflora y seguimos trabajando”. Añade que “el virus ha hecho que estemos alerta y que seamos excelentes. Es la única manera de dar lo mejor que tenemos, y tenemos muchas ganas de hacerlo. Ganas de trabajar, ganas disfrutar, ganas de abrazos, ganas de amigos y de familia; en definitiva, de vivir. No nos vamos a rendir. Seguiremos atendiendo a nuestros clientes con la máxima atención y calidad, pues son todo para nosotros. Estamos creando eventos y apostando por nuevas tendencias, con nuevos servicios en hospedaje y restauración. Estamos animados y con ganas de luchar para ganar esta batalla”.

Con dos locales de ocio nocturno en Santander (el bar ‘Dali’ y la sala de conciertos ‘Rocambole’), el también hostelero, Ángel ‘Geli’ De Juana se muestra, igualmente, optimista. Y apuesta por el futuro de un sector seriamente afectado. “Después de un año muy duro para todos, esperemos que con las vacunas en 2021 empiecen a normalizarse un poco las cosas y podamos seguir una vida normal, como antaño. Nosotros queremos trabajar y queremos hacerlo bien, cuando se pueda. Pero que nos dejen hacerlo”, subraya. “Episodios como este nos van a hacer más fuertes. Todos tenemos que adaptarnos y con una actitud positiva y espíritu de superación vamos a lograrlo”. Con una visión optimista, el exfutbolista y entrenador concluye: “No nos olvidemos nunca de que todos los días sale el sol”.

El comercio es otro sector que padece los efectos del coronavirus. Lo sabe bien Cande Rodríguez, tras casi 20 años trabajando en Cantabria para la firma ‘Massimo Dutti’ del Grupo Inditex. Para esta tinerfeña afincada en Santander hace más de dos décadas, “el balance de 2020 es que si hemos llegado hasta aquí, con nuestros días malos y días buenos, no podemos decaer en el último tramo. Ahora hay que seguir con este último empujón. Cuando todo esto pase tenemos que hacer una reflexión para clarificar qué quieres y qué no quieres en tu vida. Y, sobre todo, lo que nunca podemos perder es la sonrisa, porque siempre tenemos que pensar que se puede y que saldremos adelante”.

La ex Miss Tenerife y eterna Reina del Carnaval no puede olvidarse de su tierra: “Canarias volverá a resurgir y volveremos a ver al turista disfrutando de nuestro maravilloso clima como si nada hubiera pasado. Y lo más importante: yo volveré a ver a la mayoría de mis amigos que viven del turismo seguir adelante con trabajo y todo quedará como un mal recuerdo. Saquemos lo bueno de todo esto. Hemos tirado de imaginación, nos hemos reinventado en muchas cosas y hemos aprovechado más el tiempo. Hemos echado de menos muchas cosas que teníamos ahí y no sabíamos que nos hacían tan felices. Una canción canaria dice: plátano maduro no vuelve a verde. Así que tenemos que disfrutar y seguir con buena actitud, que es lo importante, porque mientras haya vida hay oportunidad para todo”.

La campeona olímpica de salto de altura de los Juegos de Río 2016, Ruth Beitia, es otra de las protagonistas de este reportaje especial, para el que ha querido compartir su experiencia más personal de 2020. “Me quedo con lo positivo. Es cierto que ha sido un año extraño, triste, horrible, pero sinceramente creo que tenemos que quedarnos con el plano más sentimental: el de echar de menos. Valorar los abrazos, los besos, la relaciones entre personas. He tenido la oportunidad de parar, de refugiarme sola en mi hogar y saber realmente quién soy, Y he salido reforzada y con ganas de darlo todo en mi sector, el deporte”. Profesionalmente, señala que “el atletismo, al igual que todo lo demás, ha quedado muy dañado. Pero hemos sabido reinventarnos para realizar cada campeonato con un protocolo Covid que incluso ha sido copiado por otros deportes”. Con sus mejores deseos para 2021, la mejor atleta española de todos los tiempos asegura que “ahora sólo pido salud, amor y ganas de seguir caminando con la lección aprendida”.

También se ha mostrado muy íntimo y personal el médico y actor santanderino radicado en Madrid, Aser García-Rada. “En mitad de la pandemia, yendo en bici a trabajar al centro de salud y justo antes de empezar una serie como médico de rodaje, me rompí un hombro, un codo y una muñeca. Los días previos habían sido difíciles, pero los siguientes fueron los meses más duros que recuerdo. Un amigo, enfermo entonces de Covid 19, me explicó que el dolor es inherente a la vida. El sufrimiento, no. Que hay cosas que no elegimos. Otras, sí”. Este pediatra, que también trabaja en cine y televisión, confiesa: “El año me ha llevado de bruces a afrontar mi vulnerabilidad. Me ha regalado humildad, poner los pies desnudos en la tierra de la que vengo y a la que volveré, entender que dependo y formo parte de la naturaleza. Como muchas personas, he parado y me he refugiado. Al igual que lo hace, latente, la vida en una semilla. Pero también he trabajado sin aliento en mi recuperación. He redescubierto la danza y el teatro, he escrito mis mejores textos, he valorado como nunca una palabra de ánimo, la labor de quienes me han cuidado y el amor de mi familia y amigos. En lo global, me ha fascinado el impulso de la ciencia y los movimientos por la igualdad. Si 2020 ha tenido algo bueno ha sido gracias a la confianza y el trabajo en equipo, el mejor constructor de la paz, según el filósofo y psicólogo Alexander Batthyány”. Sobre sus expectativas para 2021, García-Rada opina que “el terreno cenagoso que aún pisamos es también el mejor para germinar de nuevo. Ni la espantosa crisis pandémica ni la mayor aún que supone la emergencia climática van a difuminarse pensando en positivo, pero podemos aprender de nuestros errores para cambiar cómo hacemos las cosas individual y colectivamente, poniendo más respeto y amor en cada acto, ayudándonos y dejándonos ayudar, abrazando la vida como es y agradeciendo seguir vivos”.

Por su parte, la pintora y comisaria de exposiciones, Gloria Pereda, asegura que “a pesar de todo lo malo, ha sido un año lleno de proyectos. Sería injusto que me quejara, porque he sido muy afortunada. Aunque soy consciente de lo duro que está siendo para el sector cultural. Personalmente, en este año tan raro he aprendido a parar y tener más tiempo. Y a seguir trabajando, como siempre, sin nada seguro”. Sobre sus proyectos en 2020, comenta que “en marzo, justo un día antes de cerrarse todo, inauguré la exposición ‘En territorio amigo’ en la sala de Uneatlantico, que luego se prolongó hasta el final del verano, y acababa de recoger obra de otra exposición, ‘Horizontes abiertos’, en el Castillo de Argüeso”. Respecto a su actividad artística, dice: “Estoy acostumbrada trabajar en soledad. El confinamiento no fue tan duro porque lo aproveché para hacer esas cosas para las que nunca tienes tiempo, y al final me faltó tiempo para terminar más proyectos colectivos”. Y añade: “Somos afortunados. En Cantabria se ha cuidado la cultura, intentando mantener una mínima normalidad; exposiciones, conciertos y actividades con todas las medidas de seguridad. Y gracias al programa ‘La Cultura Contraataca’ pudimos traer a la artista María Gimeno dentro del proyecto Mujeres y Cultura”. Actualmente, Gloria Pereda participa en la exposición ‘Frontera 40’, que se puede visitar en Santillana del Mar, la segunda parte de ‘Artistas 20/20’ de Cultura y la Asociación de Galerías, así como en el proyecto ‘Esperanza’ del Ayuntamiento de Santander en el Mercado de la Esperanza, “una idea genial para dinamizar y acercar el arte a la calle, con intervenciones de los artistas entre los puestos del mercado, más arte peatonal”, apunta. En 2021, está previsto el año dedicado a la pintora Gloria Torner, su madre, en el que Gloria Pereda participará de manera activa.

Por su parte, el experto en Comunicación de Moda y Tendencias, José Luis Callejo, considera que “la clave está en nosotros. Y especialmente en nuestra actitud, así como en nuestra capacidad de adaptación, que nos ha permitido superar tantas situaciones a lo largo de la historia y garantizado la supervivencia como especie”. Subraya que “en vez de resignarnos, tenemos que adaptarnos. Y si es necesario, reconvertirnos para así poder continuar adelante, sin olvidar nunca que individualmente no podremos conseguir nada comparable a lo que lograríamos trabajando en equipo; teniendo siempre en cuenta que trabajar en equipo no significa trabajar juntos, sino respetando, compartiendo y valorando la contribución de cada persona, sumando sinergias y optimizando los diferentes talentos”.


Fotografías. 1 (Nacho Del Río): Mariluz Cruz, Mario Domínguez, Raquel Domínguez, Raquel Menezo y David Sahagún. 2 (Finca de San Juan): Casa Palacio de la Finca de San Juan. 3 (Nacho Del Río): Miguel Fernández-Murueta y Raquel Cruz. Por sus distintas actividades profesionales, esta joven pareja ha vivido, en primera línea, la crisis derivada de la pandemia en Cantabria. 4 (Nacho Del Río): la enfermera, Raquel Menezo, y el agente de la Policía Local de Santander, David Sahagún. 5 (Nacho Del Río): Mario Domínguez y Mariluz Cruz son compañeros en el Servicio de Urología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. 6 (Nacho Del Río): Vanessa Martínez, Miguel Fernández-Murueta, Ángel ‘Geli’ De Juana y Raquel Cruz. 7 (Nacho Del Río): las hermanas Virginia y Vanessa Martínez son funcionarias del Gobierno de Cantabria. 8 (Nacho Del Río): Raquel Domínguez es la directora del hotel y restaurante Palacio de Arce. 9 (Nacho Del Río): El empresario de hostelería y exfutbolista, Ángel ‘Geli’ De Juana. 10 (Nacho Del Río): Gloria Pereda, Aser García-Rada, Cande Rodríguez, Ruth Beitia y José Luis Callejo. 11 (Nacho Del Río): Cande Rodríguez trabaja para la firma ‘Massimo Dutti’ del Grupo Inditex en Cantabria. 12 (Nacho Del Río): La campeona olímpica de salto de altura, Ruth Beitia. 13 (Nacho Del Río): el médico y actor, Aser García-Rada. 14 (Nacho Del Río): Aser García-Rada, Gloria Pereda y José Luis Callejo. 15 (Nacho Del Río): Ángel ‘Geli’ De Juana, Raquel Domínguez, Cande Rodríguez y José Luis Callejo.

Agradecimientos. Fotografía: Nacho Del Río. Finca de San Juan: José Alvear y Eduardo Alvear. MakeUp: Andrea Borrega. Vestuario: Ruth Beitia, Mariluz Cruz, Raquel Cruz y Vanessa Martínez (‘PI Collection’) · Raquel Menezo (‘Belén Cruz Moda’) · Cande Rodríguez (‘My Closet – Zoa Madrazo’). 

Protección y seguridad durante la producción. Todos los participantes en la sesión fotográfica se sometieron a pruebas de PCR previamente. Durante la producción se utilizaron mascarillas y sólamente se retiraron para la realización de las fotografías. Se contemplaron los protocolos de higiene de manos y distancia social para actividades al aire libre. Las fotografías fueron realizadas entre familiares, allegados e integrantes de un mismo grupo social/burbuja.